lunes, 30 de noviembre de 2015

3ª Inspiración por imagen








Las luces de neón de la ciudad eran tan agobiantes como el ir y venir del tumulto de gente. Echaba de menos la tranquilidad del campo, la brisa en mi cara cada mañana cuando salía a ver el atardecer, todo eso ya se había perdido y ahora me encontraba en una ciudad ruidosa.
Era lo único que llegaba a través de la ventana, ruido, asqueroso e insufrible ruido. De vez en cuando escuchaba la campana de tranvía que circulaba por la calle. La ciudad nunca dormía.

¿Dónde quedó el silencio de las noches? ¿Dónde quedó aquella tranquilidad?

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